CICLO DE LOS NUTRIENTES

CICLOS DE NUTRIENTES.

Es  el proceso por el cual setenta de los noventa y dos elementos químicos de la corteza terrestre se reciclan desde los seres vivos al suelo, al agua y a la atmósfera, permitiendo que la vida se vuelva a aprovechar nuevamente de ellos.
De esos setenta elementos, veinte son más importantes y dos configuran el cuello de botella: el fósforo y el nitrógeno.

Cabe recordar que los elementos no se pueden transformar en la corteza del planeta unos en otros (excluimos al núcleo terrestre y a los laboratorios y usinas nucleares y sus residuos).
La biología evolutiva conduce a una mejor comprensión geológica de los nichos ecológicos que se fueron generando en la corteza terrestre y marítima. Cada especie que lograba establecerse, modificaba automaticamente el ambiente, como la lata de querosén que se puebla de bacterias (parágrafo 1). Los estromatolitos, por ejemplo, servían de pastoreo. Si no se reciclaban los componentes involucrados, se producía un colapso del ecosistema hasta entonces coevolucionado. Los genes egoistas de cada una de las especies tenían que adquirir conductas coordinadas para lograr adaptaciones exitosas dentro del conjunto. Tiene que aumentar el valor de información cuando hay numerosas especies que comparten un ecosistema.

Los elementos se deben reciclar, pero energía hay suficiente, por lo cual en ecología no cabe la palabra equilibrio, usada correctamente para situaciones sin aporte externo. De día hay una contínua provisión de energía solar, variable con la hora. Los fotosintetizadores se duplican en esos momentos eficientemente. 

Estas dos circunstancias desequilibran cualquier conjunto de reacciones. De noche se establecen velocidades de consumo mucho más rápidas que las de producción mientras los elementos se deben reciclar, la energía no es necesario que se recicle, dado que constantemente el sol es su fuente durante las horas diurnas. La vida asociada con los gases volcánicos del fondo de los mares son una excepción. Se puede generalizar que entre el sol y esos gases, que no debieran discontinuarse como a veces sucede, hay buen motivo para que la vida pueda seguir su marcha, alejada de todo equilibrio.

Hay un aporte neto de energía al final del día. Esto se prolonga para abarcar años y siglos. Las afirmaciones siguientes son importantes: no hay equilibrio alguno, hay en cambio un continuo aporte de sol. El equilibrio se lograría si una nube de origen volcánico tapara el sol por meses y ese equilibrio resulta en extinción de los pluricelulares y estasis (esporulación) de la mayoría de los unicelulares, que pueden estar así no menos de cincuenta años. 



ME PARECE QUE LE PUEDE SERVIR MUCHO A LAS PERSONAS.





2 comentarios:

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  2. Excelente aporte, gracias por ser y tener identidad humana...Gente como tú necesitamos por montón en nuestro planeta, si queremos conservar y reparar el regalo divino que Dios nos entrego...La Madre Naturaleza.

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